"Kanhobai", una expresión de arte rabelado |
Reseña de La danza de los espíritus. Itinerario iniciático y prácticas
terapéuticas de un chamán africano: Mba Owona, de Lluís Mallart (Ceiba Edicions, 2012), y Fidjos de rabelado. Arte y lógicas de contestación en la isla de
Santiago de Cabo Verde. de Edith Lasierra y Alberto López Bargados (Bellaterra, 2012), publicada en Babelia, suplemento de libros de El País, el 16 de febrero de 2013.
NEGRAS CULTURAS
Manuel Delgado
Es sabido que la historia de la antropología no puede
desligarse de la de la expansión del colonialismo occidental por el mundo. Los
antropólogos estuvieron ahí, en los territorios sometidos, para –con mayor o
menor mala conciencia– demostrar una vez más hasta qué punto conocer suele ser
idéntico a dominar o al menos contribuir a la administración de lo dominado.
Otra cosa es que, como de paso, ese saber obtenido acerca de las sociedades
sometidas haya contribuido a ampliar nuestra comprensión de la condición humana
en general, lo cual también es cierto.
También la aventura imperialista española contemporánea tuvo
sus expresiones antropológicas, limitadas no sólo por la relativa exigüidad de nuestras
posesiones, sino también por lo tardío del reconocimiento académico que tuvo en
el país la ciencia de la cultura, sólo presente en las universidades a partir
del último cuarto del siglo pasado. A pesar de ello, y bajo los auspicios sobre
todo del Instituto de Estudios Africanos después de la guerra civil, se
desarrollan en el África ocupada por los españoles investigaciones de valor que
merecen ser evocadas, como las de Santiago Alcobé Noguer, Agustí Panyella y,
más tarde, Claudi Esteva Fabregat en Guinea; Julio Caro Baroja, en el Sahara Occidental, además del interesante caso de Blanco Izaga en
el protectorado marroquí, hace no mucho rastreado por Vicente Moga en El Rif de Emilio Blanco Izaga (Bellaterra,
2009).
Esa antropología africanista española, ya sin el lastre del
servilismo colonial, ha tenido continuación, esencialmente a cargo de catalanes.
Ramón Sarró, Albert Roca, Jordi Tomàs, Albert Ferré, Yolanda Aixelà, Gustau
Nerin o Albert Sánchez Piñol serían
exponentes de ello, como lo son también dos novedades editoriales, ambas
relativas a esa África negra que algunos se empeñan en llamar “subsahariana”,
olvidando el elogio de la negritud que hicieron las grandes luchas
emancipadoras y antiimperialistas en África y América.
Uno de esos aportes corresponde a Lluís Mallart. El grueso
de la reputada obra de este etnólogo ha ido apareciendo a lo largo de cinco
décadas en francés, con alguna excepción en catalán. Una de ellas fue La dança als esperits, publicada
originalmente hace casi treinta años, pero del que es posible que su reciente
versión cinematográfica, “Danza a los espíritus”, dirigida por Ramón Íscar en
2009, haya animado ahora su traducción al castellano por Ceiba, una editorial
especializada en estudios africanos. Se trata de un aproximación a la actividad pero también
del pensamiento de Mbo Owona, un curandero camerunés especializado en el
tratamiento de enfermedades “nocturnas”, achacadas a la brujería, en combate
con las cuales aplica las técnicas curativas tradicionales de los evuzok, cuya
expresión mayor es la danza de los espíritus. Como en todos los demás libros de
Mallart sobre el universo evuzok –por ejemplo, Soy hijo de los evuzok, del que Ariel lanzaba no hace mucho la
segunda edición–, el foco de atención son los avatares del evu, una entidad
mística ambigua, difícil de definir y que sólo de manera parcial se podría
comparar con nuestro concepto de alma. Uno de los estímulos para hacerse con
esta nueva edición del libro de Mallart es que viene acompañado con una copia
en dvd del film de Íscar.
El otro trabajo a destacar es dos africanistas más jóvenes,
también catalanes, Edith Lasierra y Alberto López Bargados. Hablamos de Fidjos de rabelado, acerca de los
rabelados –es decir “rebelados”–, una minoría cristiana disidente de la Iglesia,
refugiada en las montañas de la isla de
Santiago y hasta no mucho marginal y estigmatizada
y que, poco menos que de la noche a la mañana, ha visto convertida su
producción artística, proyectada a nivel internacional, en uno de los
referentes en orden a la construcción de la identidad nacional caboverdiana,
basada en la invención y la inmediata apropiación institucional de una supuesta
esencia criolla de la que la producción de los artistas rabelados constituiría paradigma
de autenticidad.
En este caso, la obra –publicada en edición bilingüe portugués-español
por Bellaterra– no sólo es una expresión de esa actualidad de la etnología
africanista española, a la vez que testimonio de los procesos activos de
construcción de la identidad poscolonial, sino que también constituye una
excelente muestra de cómo la antropología está en condiciones de acercarse al
mundo del arte con una visión particular, especialmente dotada para las
dinámicas y funciones que lo componen y le dan sentido.