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dissabte, 11 de juny del 2022

Algunos apuntes sobre el milenarismo de clase media


Consideraciones para Gonzalo Sierra, doctorando

Algunos apuntes sobre el milenarismo de clase media
Manuel Delgado

Me interesaría contribuir a desactivar ese malentendido que suele vincular el milenarismo y las expectativas utópicas a movimientos de emancipación del tipo que sea. Existe un milenarismo conservador y reaccionario. Por supuesto que ese es el caso del nazismo al que algún lector del bloc se ha referido y al que a ver si tengo un rato y expongo mi punto de vista, que lo relacionaría más con una cierta derivación del ismaelismo islámico que no tanto –como suele sostener– con la Thule.

Partamos de que la expectativa utópica es consustancial a los movimientos quiliastas y ha animado a la revuelta a grandes masas de pobres y oprimidos de los cinco continentes, pero también –y eso es lo que quería remarcar– las que tientan a las clases medias de hoy mismo, desorientadas y perplejas ante una mundo en el que la incertidumbre y las inseguridades de todo tipo han devenido crónicas y casi estructurales. Pensemos en el caso del que yo creo que es el consustancial apocaliptismo de un cierto pensamiento religioso específicamente norteamericano, hegemónico entre una amplia clase media, cuya influencia histórica ha sido determinante hasta ahora mismo. 

Para ese milenarismo conservador de clase media todo lo que acontece forma parte de una desestructuración general e irreversible del mundo y anuncia desastres cada vez mayores, ya reconocibles en el relajamiento de las costumbres, la disolución de la familia, el aumento de los delitos y la inmoralidad, la expansión de la violencia y la injusticia, las grandes catástrofes naturales, etc. El rock, las drogas, el consumismo, el liberalismo sexual, el sida, la televisión..., serían pruebas no menos inequívocas de un desmoronamiento de todos los valores éticos y de la anunciada presencia del Anticristo entre nosotros. La crisis social y política no puede interpretarse sino como la advertencia de lo que se avecina: una catarsis total que involucrará a todos los humanos sin excepción, y, por último, un cataclismo definitivo que oscurecerá todos los que habían ido preparándolo. Todos tenemos una cierta imagen de ese tipo de predicación, sobre todo si se han visto películas como Sangre sabia, de John Huston, por ejemplo, con ese predicador que clama por las calles la inminencia del cataclismo final y el triunfo ya visible del Maligno. Uno puede hacerse una idea de esa perspectiva viendo una película española magnífica y bien ilustrativa al respecto: El día de la Bestia, de Alex de la Iglesia. 

Lo cierto es que esa imagen se corresponde con lo que es la vocación profética del protestantismo norteamericano. De entrada, no se olvide que todos los protestantismos son de alguna forma adventista, en tanto consideran revelada la noticia de la parusía o segunda venida de Cristo. Incluso lo serían los católicos, si no fuera por ciertas lecturas agustinianas de la Iglesia como concreción de ese segundo adviento. Por supuesto que hay denominaciones que hicieron del tema del cumplimiento de la profecía apocalíptica el eje de su teología, como fue el caso de taboritas, husitas, seguidores de la Quinta Monarquía… 

Esa fue la religiosidad que los peregrinos del Myflowers trajeron consigo a Massachussets en 1620, que procedían del derrotado anabaptismo europeo. En efecto, el milenarismo funda, por así decirlo, la presencia europea en América. Es el caso de la española –la influencia joaquinita; he ahí un tema apasionante–, pero también de la anglosajona. Las creencias en la inminencia de una segunda venida de Cristo se extendieron todavía más en el siglo XIX por el proselitismo de muchos predicadores presbiterianos y congregacionistas, que creían firmemente en la inerrabilidad de la Biblia y, por tanto, en el cumplimiento de las profecías que narra. 

Es entonces cuando aparecen las corrientes que se derivan del profetismo millerista, que se creía en condiciones de calcular exactamente el momento del Apocalipsis y sus condiciones. De ahí surgen, recuérdese, adventistas del Séptimo Día, cristadelfianos y testigos de Jehová, las denominaciones que Bryan Wilson tipifica como revolucionistas (Sociología de las sectas religiosas, Guadarrama; excelente manual). El éxito, a principios de este siglo, de la colección de libros The Fundamentals, del que deriva el pensamiento religioso hoy hegemónico en Estados Unidos –el fundamentalismo–, impuso el dogma del Segundo Adviento, por mucho que, como decía, sólo algunas sectas –adventistas, testigos de Jehová, mormones– hayan hecho de la parusía el eje central de su doctrina. Ese es el ánimo que ha impregnado hasta ahora mismo la religiosidad norteamericana de clase media hasta ahora mismo, incluyendo la Era Acuario, que empezaba, se supone, en el 2001 y que había tenido incluso su película anunciando la aparición del Hombre Nuevo: la de Kubrik. Todo lo de ahora de la profecías maya sobre el 2012 es la actualización en clave New Age de ese mismo sustrato.


Hablando de cambio de milenio, ¿alguien se acuerda de la movida que se organizó en las cercanías del año 2000? En efecto, los últimos años del siglo XX aparecieron conmovidos por todo tipo de señales apocalípticas, en un ambiente marcado por la crisis de las grandes ideologías y el fracaso de los grandes proyectos transformadores. Los enfrentamientos locales –Ruanda, Congo, Sierra Leona, Somalia, Irak, ex-Yugoeslavia, Chechenia...– alcanzaron unos niveles de atrocidad difíciles de imaginar en un planeta hipertecnificado. Los cataclismos naturales –terremotos, inundaciones, erupciones volcánicas, ciclones...– arrasaron grandes extensiones de territorio y acabaron con la vida de miles de personas, como si la naturaleza hubiera querido contribuir al clima de fin de los tiempos que muchos percibían en la década de los 90. Signos en el cielo –el cometa Hale-Hop en 1997, el eclipse total de 1999– parecían corroborar también el anuncio de un desenlace terrible para el conjunto de la humanidad. El aumento de la criminalidad y la disipación de las costumbres eran interpretados por muchos como indicadores no menos inequívocos de que se aproximaba un estallido de la sociedad. La ciencia y la tecnología, lejos de constituirse en fuentes de esperanza para una mejora en las condiciones de existencia de los seres humanos, se convertían para muchos en motivo de inquietud. El agujero en la capa de ozono, los experimentos en clonación o en transgenia, el descontrol sobre la energía nuclear, el cambio climático, se exhibían como pruebas de que los avances científico-técnicos constituían un desafío a las leyes divinas o naturales. En los meses inmediatamente anteriores al cambio de milenio, el llamado «efecto 2000» auguraba un desastre informático que arrastraría tras de sí el conjunto de todas las infraestructuras planetarias, sumiendo a todas las naciones en una especie de «noche computacional» de efectos devastadores. 

Me acuerdo como en las postrimerías del siglo pasado el llamado «cine de desastres» volvió a demostrar su capacidad de sintetizar estados de ánimo colectivos. En este tipo de películas abundaban en referentes milenaristas y apocalípticos. Algunas lo explicitaban en su título, como Armageddón. Dos de los grandes éxitos de 1999 –Matrix y La amenaza fantasma– tenían como protagonistas a personajes presentados como «el Esperado», elegidos que asumían la misión de salvar al género humano. En El quinto elemento, la enviada sobrehumana que debe evitar el triunfo final del Mal es llamada «El Ser Supremo». En Deep Impact la nave que debe impedir la aniquilación de la tierra lleva el nombre de «El Mesias».

Como tantas veces antes en la historia, la respuesta humana ante las expectativas de un final de los tiempos se resolvió en forma de convicciones acerca de la inminencia de una salvación colectiva, sobre todo en unos momentos en que esa redención ya no podía confiarse al mero esfuerzo humano, tal y como habían pretendido a lo largo del siglo XX las grandes ideologías laicas. El fracaso de los movimientos seculares de liberación volvió a reclamar la presencia de creencias místicas en un rescate sobrenatural de la humanidad, que la liberaría de sus cadenas mundanas e impondría el equilibrio y la justicia, luego de haber vencido para siempre rivales satánicos o satanizados. No es extraño que, en un escenario marcado por los augurios de fin de los tiempos, a finales de marzo de 1997, treinta y nueve miembros de Heaven's Gate (La Puerta del Cielo) acabasen con sus días envenenándose con una mezcla de vodka y barbitúricos. Sucedía en una lujosa mansión de Rancho Santa Fe, una zona residencial cercana a San Diego, California. Los seguidores de esta secta, fundada en los años setenta por Marshall Applewhite, alias Do, estaban disuadidos de que su muerte terrena les daría acceso a la nave interestelar que, afirmaban, venía siguiendo al cometa Hale-Bopp, que en aquellos momentos atravesaba los cielos de Estados Unidos y que les conduciría a una nueva vida, en un mundo muevo. 

Otros sucesos trágicos, como los suicidios colectivos de davidianos –una escisión adventista– en Waco, en 1993, o de fieles del Templo del Sol en Suiza, Francia y Canadá, en 1994, 1995 y 1997, fueron expresiones de esa misma disposición a acelerar el Apocalipsis final prometido por Dios en la Biblia, como ya había ocurrido con los seguidores del Templo del Pueblo en la Guayana, en 1978, siempre de acuerdo con un modelo inequívocamente made in USA, en este caso inspirado en los cálculos de William Miller en torno a 1818, de los que nacieron, como he señalado, varias denominaciones revolucionistas en condiciones de interpretar fatídicamente los signos de los tiempos. Para algunas sectas de la última década del siglo XX, el fin del mundo había tenido una fecha precisa: octubre de 1992, para la Misión Mundial del Tabera, seguidores de Bang-ik-kia; noviembre de 1993 para la ucraniana Fraternidad Blanca, cuyos miembros esperaron pacientemente el Apocalipsis junto a la catedral de Santa Sofía de Kiev. En una entrada reciente ya me he referido al atentado con gas sarín que afectó el metro de Tokio en el mes de marzo de 1997, y que costó quince muertos y más de 5.000 heridos; fue atribuido a un grupúsculo religioso llamado Aum Shinri Kyo (La Verdad Suprema), liderado por Shoko Ashara, de 40 años, que había profetizado el fin del mundo para aquel año y se había declarado nuevo Cristo y reencarnación de Buda.

Por supuesto que tampoco esas referencias permiten inferir que el milenarismo y las ansias utópicas tengan que ser reaccionarias. Lo que dudo es que sean realmente revolucionarias sin matices, al menos contempladas desde una perspectiva materialista, es decir no religiosa. Ese es otro tema. ¿De dónde habrá salido ese lugar común que sostiene que la izquierda lucha por la Utopía? ¿Cuándo el marxismo se convirtió en lo que nunca había sido: utópico? 



diumenge, 2 de maig del 2021

Sobre los niveles de tipificación de los cultos UFO y una bibliografia

La imagen está tomada de www.davidreneke.com

Nota para Mikel Fernandino, amigo y poeta

SOBRE LOS NIVELES DE TIPIFICACIÓN DE LOS CULTOS UFO
Manuel Delgado

Lo que yo te proponía, y ahora te formalizo, es que te fueras aproximando a tu asunto –el caso de los avistamientos y contactos UFO en Montserrat– a través de una serie de círculos concéntricos. El más amplio sería, como te dije, el que los instalaría en un sistema de muy amplio espectro que incorporaría el conjunto de técnicas de comunicación con los trasmundos que se caracterizarían por desarrollarse por medio de ejes arriba-abajo y transportes verticales –ascensión-descenso. Como recuerdas, ese sería el principio de todas las técnicas extáticas que se agrupan bajo el título de chamanismo, siguiendo el criterio que, tomando del esquema de Mircea Eliade, formaliza Luc de Heusch en Estructura y praxis (Siglo XXI). Supongo que conservas el pdf que hice para Antropología Religiosa; si no te lo mando.

De ahí pasas al círculo siguiente, que es el de una matriz judaico-cristiana que, de raíz, y por su propio origen geográfico –Oriente Próximo, dentro de la “zona chamánica” euroasiática y con escasa presencia de cultos más o menos inspirados en las variantes norteafricana del bori –, habría incorporado todo tipo de mitos basados en ese principio de comunicación con instancias situadas físicamente y procedentes de “arriba” o “abajo”, es decir del Cielo o del subsuelo u otros submundos inferiores. Ahí no te voy a dar ejemplos porque hay tantos como quieras, hasta el punto que –excepto en el caso mixto de la mística– cualquier irrupción de lo sagrado en la esfera ordinaria funciona como un “descenso”. Si te apetece leer algo, por la cosa meramente erudita, hazlo sobre la influencia esenia en la conformación de lo que luego sería la secta de los esenios en el contexto judaíco. Hay mucha morralla, pero hay cosas que están bien, como Los manuscritos del Mar Muerto, de Herkel Shanks (Paidós).

Luego vamos acercándonos al tema a partir de ahí siguiendo dos vías. Una más teológica, que sería la relativa a la angeología, que nos interesa porque la retomameremos luego ya en contexto actual new age. La otra relativa a todo lo asociado a las apariciones en el contexto del catolicismo popular, que concretarían esa lógica descensional. Ahí por supuesto que el trabajo de William Christian es fundamental. No sólo Las apariciones de Ezquioga (Ariel), sino también, por ejemplo, sus Apariciones en Castilla y Cataluña. Siglos XIV y XV (Nerea). Gran tipo este William. Coincidí con él en un congreso sobre lugares sagrados y espacios de santidad que montaba la Università degli Studi de l’Aquila, lo que para mi fue una magnífica oportunidad de agradecerle personalmente lo que le debía a su artículo sobre apariciones marianas en la compilación clásica de Carmelo Lisón Tolosana, Antropología Social en España (Akal).

No te vayas a olvidar de que tenemos una compañera –y amiga–en el Departamento que ha trabajado este tema de las visiones. Me refiero a la siempre querida Josefina Roma. Busca, por ejemplo, el artículo sobre las apariciones de San Antonio Abad en el número 9 de la Revista d’Etnologia de Catalunya. Estos trabajos sobre apariciones –o si quieres avistamientos–de lo sagrado en el catolicismo popular es básico. No pierdas de vista que estamos hablando de Montserrat, con todo lo que ello implica.

Y siempre en los mismos términos: comunicación entre mundos, de los cuales en uno –situado “arriba”– residen las instancias que distribuyen y asignan los sentidos a la experiencia, y otro “abajo”, donde residen aquellos cuya experiencia requiere permanentemente ser dotada de significado a partir del recurso constante a fuentes que, como queda claro, son siempre de orden celestial y “desciende” para manifestarse, distribuyendo instrucciones, órdenes, profecías o interpretaciones. No olvides la otra variante, que es la de que sean los mortales —o más bien algunos de ellos considerados competentes o elegido para ello– quienes “suban” o “bajen”, en nuestro caso hacia las regiones celestiales –“modelo Elias”– o hacia el submundo infernal –“modelo Orfeo”.

De ahí pasamos a movimientos religiosos o criptoreligiosos más cercanos, asociables a las diferentes corrientes reformistas o incluso revolucionarias, en los que esta lógica de la comunicación –es decir del “contacto”– usando un eje vertical –el famoso axis mundi. Por centrarnos en el caso de las denominaciones protestantes, tendríamos ahí todas las que –por su analogía con nuestro caso– suelen tipificarse como carismáticas y/o apocalípticas, al menos siguiendo la propuesta clasificatoria de Bryan Wilson y su Sociología de las sectas religiosas, que continuo teniendo como mi manual de consulta favorito. Sobre carisma y milenarismo en general ya tienes bibliografía más que suficiente, pero te sugeriría que te detuvieras en un par de corrientes quiliastas que entienden la parusía de manera especialmente literal, entendiendo que el Advenimiento profetizado se produce en forma de rescate. La salvación es, repito, en estos casos al pie de la letra, como la que implicaría la recuperación de los supervivientes de ese cataclismo que sería Armageddón, en este caso elegidos de acuerdo con la premisa calvinista de la gratuidad de la Gracia.

Ejemplo de este tipo de sectas escatológicas serían todas las descendientes del profetismo millerista del XIX, de las que los testigos de Jehová serían la manifestación más potente y duradera. El caso de los testigos me parece especialmente interesante porque en realidad la manera como se describe el transporte a  la esfera celestial de los ungidos en 1914 es la de una auténtica abducción. Por cierto, si quieres una buena guía para el trabajo de campo con movimientos religiosos, te recomiendo el trabajo con testigos de Jehová de Juan Manuel García Jorba, un día alumno, hoy buen amigo y colega, que trabaja ahora en el Departamento de Sociología de la UB. Hay cosas suyas en la red sobre el tema, pero te destaco su Diarios de campo (CIS), donde además de saber más sobre los testigos, nos da orientaciones muy valiosas sobre esa técnica metodología para un trabajo sobre el terreno.

Otra tendencia sectaria interesante sería la que Wilson llama manipulacionista, que precedería lo que en los cultos UFO es la confianza ciega en las virtudes redentoras de la tecnología, ese desplazamiento de la sobrenaturlalidad a la “superciencidad” que encarnaría a principios del siglo XX Ciencia Cristiana y ha llegado a nuestros días de la mano de la Iglesia de la Cienciología y Dianética.

Por último, es cierto que los cultos UFO no arrancan en la contracultura de los 60, pero sí que conocen una difusión especialmente intensa en la expectativa escatológica de la Era Acuario. Ahora o en otro momento échale un vistazo a los dos textos clásicos al respecto: El nacimiento de una contracultura, de Theodore Roszak (Kairós) y El supermercado espiritual, de Robert Greenfield (Anagrama). Y, bueno, de ahí, y como parte de su banalización y su mercantilización, la contracultura conduce a los cultos UFO al macrosincretismo o mejunje “espiritual” que es New Age. La bibliografía ahí es abundante. Empieza con el básico: La conspiración de Acuario, de Marilyn Ferguson (Kairós). Luego sigues con Paul Helas, The New Age moviment (Blackwell) y Wouter J. Hanergreaff, New Age Religion and Western Culture (Brill).

Tenemos entonces completado el sistema de círculos temáticos concéntricos, del más amplio al más concreto y actual. Funcionaría más o menos así: chamanismo, lógicas ascenso-descenso en el complejo judaico-cristiano, angeología, aparacionismo católico popular, cultos carismáticos, milenarismos adventistas, cultos manipulacionistas, contracultura, new age...

En cuanto a lo que se ha publicado, hay bastante cosa. De entrada hay que rendirle un tributo al trabajo de Ignacio Cabría del que conoces sólo una parte, importante sin duda, que es su libro, el en tantos sentidos fundamental Entre ufólogos, creyentes y contactados (Cuadernos de Ufología). Recuerdo perfectamente a Nacho, que fue lo que suele llamarse un alumno aventajado, cuando vino a despedirse de mí antes de irse a trabajar a Mozambique. No le he vuelto a ver, pero he seguido un poco su trabajo. Entra en la página www.anomalia.org/e001.htm, donde tienes las actividades de la Fundación Anomalía y su revista Cuadernos de Ufología, de la que deberías revisar todos los números. En el 2002 publicó Ovnis y ciencias humanas. Un estudio temático de 50 años de bibliografía, también en la editorial Cuadernos de Ufología. Para que te la aprendas de memoria cuando pasemos a la fase-tesis. Me parece que preparaba su tesis en la Complutense, pero no sé sobre qué exactamente ni quien se la lleva. Por cierto, ahora me acuerdo que publico en Antropologies, una revista de estudiantes de antropología de la UB, un artículo sobre Rama. Tengo todos los números; te lo buscaré.

Te adelanto algunas cosas que he encontrado. Casi todo lo que te voy a decir está en la red. Para empezas una perspectiva general muy completa, en plan balance, te la da John Saliba, "The Study of UFO Religions”, Nova religio 10:2 (2006): 103-123. 

Una autora de la que no vas a poder a prescindir es Diana G. Tumminia, que hizo un trabajo interesantísimo con los unarianos asentados en El Cajón, California. Estuvo con ellos a lo largo de más de una década. Lo publicó en When Prophecy Never Fails. Myth and Reality in a Flying-Saucer Group, New York: Oxford University Press, 2005. También “In the dreamtime of the saucer people: Sense-making and interpretive boundaries in a contactee group”, Journal of Contemporary Ethnography 31:6 (2002): 675-705, y “When prophecy passes unnoticed: New perspectives on failed prophecy”, Journal for the Scientific Study of Religion 38:1 (1999): 119-131.

Como sabes los unarianos son un poco parientes de los eterianos. Se parecen bastante. Mírate un texto antiguo pero que está muy bien. “The Aetherius Society: A case study in the formation of a mystagogic congregation”, de Roy Wallis, Sociological Review 22:1 (1974): 27-45. Acerca de los raelianos: Susan J. Palmer: “The Raelians are coming: The future of a UFO religion”, en Madeleine Cousineau (ed.), Religion in a Changing World. Westport, Connecticut: Praeger, 1998, pp. 139-146, y Aliens Adored. Raël's UFO Religion, New Brunswick, New Jersey: Rutgers University Press, 2004.

He encontrado un artículo en que compara abducidos con víctimas de sectas satánica. Has de dar con el: “Supernatural support groups: who are the UFO abductees and ritual-abuse survivors?”, de Christopher D. Bader, Journal for the Scientific study of Religion 42:4 (2993): 669-678. Otro: Brenda Denzler, The Lure of the Edge: Scientific Passions, Religious Beliefs, and the Pursuit of the UFOs, Berkeley: University of California Press, 2001. En la línea de enfatizar el aspecto escatológico: Chris Bader, “When prophecy passes unnoticed: New perspectives on failed prophecy”, Journal for the Scientific Study of Religion 38:1 (1999): 119-131, más el resumen –que está muy bien– “The UFO contact movement from the 1950s to the present”, Studies in Popular Culture 17:2 (1995): 73-90. 

Básico: James R. Lewis, ed. The Gods Have Landed: New Religions from Other Worlds, Albany: State University of New York Press, 1995. Es lo más completo para mí que puedes encontrar sobre el tema. La mayoría de aportaciones son estudios de caso y el marco teórico es espléndido. En esta compilación no te pierdas la contribución de J. Gordon Melton, “The contactees: A survey”. No olvides que tu asunto pertenece al ámbito ya de los encuentros en tercera fase casi. Te irá muy bien el resumen que hace John Saliba, aunque en su caso desde la psicología social: “Religious dimensions of the UFO phenomenon”. También hay otro texto de Tumminia sobre los unarianos, otro de Susan Palmer sobre raelianos… Están todos y todo sobre el tema, al menos de lo hecho hasta el 95. Por cierto, la aportación de Palmer sobre los raelianos enfatiza la variable género. Interesante. Se titula: “Women in the Raelian Movement: New religious experiments in gender and authority”.

El caso de la Puerta del Cielo ha tenido algunos abordajes interesantes y serios:  Robert W. Balch, “Bo and Peep: A case study of the origins of messianic leadership”, en Roy Wallis (ed.), Millennialism and Charisma. Belfast: The Queen's University of Belfast, 1982, pp. 13-72. De este Balch, un auténtico pionero, estaría bien que leyeras, por ejemplo, “Looking behind the scenes in a religious cult: Implications for the study of conversion”, Sociological Analysis 41:2 (1980): 137-143; “Seekers and saucers: The role of the cultic milieu in joining a UFO cult”, American Behavoral Scientist 20;6 (1977): 839-860. Con David Taylor este hombre publicó en 1976, “Salvation in a UFO”, en Psychology Today 10:5 (Oct.): 58-66, 106.

Una cosa antigua, enfocada desde una perspective interaccionista: “The flying saucerians: An open door cult”, de H. Taylor Buckner, en Marcello Truzzi, ed., Sociology and Everyday Life. Englewood Cliffs, New Jersey: Prentice-Hall, 1968, pp. 223-235.

Y una obra que quiero que leas. Los autores son Leon Festinger, Henry Riecken y Stanely Schachter y se titula L’Echec d’une prophétie (PUF). Es del 96 y hay una edición como mínimo en inglés. No sé si en español, pero no me suena. Piensa que Festinger es el descubridor en psicología social de la disonancia cognitiva. Pues bien, los autores estuvieron infiltrados –los psicólogos si que puede hacer investigación encubierta– en el grupo que se reunió en torno a la mujer que recibió el mensaje desde el planeta Clarion anunciando el inminente fin de nuestro planeta. Lo que le interesó es cómo reaccionaron los creyentes cuando se dieron cuenta que el mundo no se acababa cuando estaba anunciado. Te interesa porque el profetismo que estudias es un profetismo mensual, puesto que se supone que la gente acude para comprobar el cumplimiento regular –una vez al mes, cada día 11– de un anuncio-promesa de los extraterrestres.






dijous, 29 de març del 2018

Algunes referències a propòsit del tarot i el tarotisme

La foto és de John Shingler

Orientacions per Helena Rodríguez, estudiant del Grau d'Antropologia Social de la UB, enviades el març de 2018..

ALGUNES REFERÈNCIES SOBRE TAROT I TAROTISME
Manuel Delgado

En principi, d'entrada, la base a considerar és la que associa endevinació i eficàcia simbòlica, un concepte que, com espero que recorda, encunya Claude Lévi-Strauss als seus dos textos sobre xamanisme a Antropología estructural (Paidós), prenent com a punt de partida la noció de mana tractada per Marcel Mauss a “Esbozo de una teoria general de la magia”, dins Sociología y antropología (Tecnos). Mira't la introducció de Lévi-Strauss al llibre i el que explica sobre el valor simbòlic 0. En vàrem parlar a classe.

Els exemples etnogràfics sobre màncies són nombrosíssims i cada un d'ells requereix una contextualització. És difícil fer una teoria general, perquè són tants els mètodes i les funcions que amb prou feines es pot dir alguna cosa que no sigui que ens estem referint a un principi d'interpretació possiblement universal que consisteix en inferir, a partir d'una determinada composició de formes donades a un determinat espai i moment, sobre les condicions del passat, del present llunyà o del futur i sempre amb vista a resoldre el sentit de determinats esdeveniments. No em sembla que es pugui dir molt més. Les monografies sobre sistemes endevinatoris són moltíssimes. Per esmentar-ne un, produït per algú proper a nosaltres, et remeto al Cara o creu. Imatges i paraules d'un  joc d'atzar africà (CRPC), sobre un joc endevinatori evuzok. Tens un avenç a “Jugant amb l'infinit”. Quaderns de l'Institut Català d'Antropologia, 8-9, 1995-1996: 9-43. Per descomptat que el clàssic innegociable és —com espero que també tinguis present— el Brujería, magia y oráculos entre los azande, d'E.E. Evans-Pritchard (Anagrama).

En qualsevol cas, podries fer-te amb alguna bona compilació de textos. Per exemple: André Caquot i Marcel Leiboci, La divination (PUF) i Jean-Pierre Vernant, Divination et racionalité (Seuil). Estan a la biblioteca. Hi ha un article clàssic sobre el tema que tens a la xarxa: EA Ahern, "Rules in oracles and games", Man 17 (1982) pp. 302-312. El que passa és que és de pagament. Val 20 euros. 

Apropant-nos més al tema, et podrien servir com a introducció dos llibres d'Emilio Sala: Cartomancia. El arte de leer las cartas (Martínez Roca) i El gran libro del tarot (Robinbook). Sobre el tema dels naips, indispensable tota la feina de Jean-Pierre Etienvre. Tens un llibre que es titula Márgenes literarios del juego: una poética del naipe: siglo XVI-XVIII (Thamesis), però és massa sobre el vessant literària. Et poden interessar més un article que, per cert, tinc i et puc passar: "Lectures de la barralla", en Endevinació i jocs. De la literatura a l'antropologia (Fundació la Caixa). Per cert, en aquest mateix llibre hi ha un article de Mercedes Fernández Martorell, "El joc com a model de la realitat", en el qual parla de la seva aproximació al tarotismo. Aquest el tinc en pdf. Te l'adjunto.

Després hi ha el tema del Tarot. Aquí hi ha dos llibres indispensables: Alberto Couste, El tarot o la máquina de adivinar (Barral) i el d'Enrique Esquenazi, Tarot o el arte de adivinar (Dopesa). Aquest últim em sembla que està en Scribd. Hi va haver una exposició que es va cridar Tarot, jeu et magie amb un catàleg molt interessant. El va publicar la Bibliothèque National, editada per Gerard Van Rubeck. Mira a veure si dones amb aquest material. Ho tinc referenciat, però no ho he llegit. Sobre la història del tarot y del tarotismo tienes  el libro de H. Farley, A cultural history of Tarot. From entertainment to esotericism (Tauris).

A partir d'ací, tens dues línies possibles a seguir. Una és considerar el tarotisme mediàtic com una renovació de la vella tradició de les lectures de cartes tradicionals. Sobre això, mira't l'article de J. Echeverri, “Las prácticas populares de adivinación.” Boletín de Antropología. 1987, De l'altre, el tarotisme en el marc de les actuals corrents new age. En aquesta direcció, mira't l'article de A. Anguera, “Tarot”, a F.R. Caudet  (coord.) Els nous imaginaris culturals: Àmbits disciplinaris i fitxes temàtiques. Tarragona: Publicacions URV, 91-95.

Per cert. Amb el temps he arribat a reunir una considerable biblioteca sobre esoterisme i ciències ocultes. Tinc alguna coses que et podrien interessar. Per exemple, tinc el Cartomancia y quiromancia, de Gwen Le Scouezec (Martínez Roca), que és una introducció que et podria anar bé. Però em sento especialment orgullós d'una joia que és una edició en Kier del fonamental Tarot. Curso contemporáneo de la quintaesencia del ocultismo hermético, de Mouni Sadhu, que, com saps, és un dels grans descendents de Gurdjieff. Va estar en el shram de Rama Maharishi a Arunachala. Diuen que allà va arribar al nirvikalpa samadhi; ja saps. T'ho deixo  si el necessites, però n'has de tenir cura, d'acord?



dimarts, 18 d’abril del 2017

Venid, niños, hacia la luz

La fotografía es de Matt Webeer y está tomada de hweber-street-photography.com

Artículo publicado en la revista Lateral, mayo de 1995

VENID, NIÑOS, HACIA LA LUZ
Manuel Delgado

Es tan sorprendente que el pasado 12 de abril el arzobispo de Barcelona incluyera en su glosa dominical una extensa referencia a la reciente invitación de Eugenio Trías a partir en pos de la Verdad? ¿Lo que Luis Racionero, que tanto ha hecho por divulgar entre nosotros el camino del zen, venga sonando como próximo ministro de Cultura de un eventual gobierno neofranquista en España?

En realidad Trías y Racionero son plasmaciones de un estado de ánimo que, por mucho que se presente como novedoso, resulta más bien recurrente. Se trata de un trascendentalismo difuso, vagamente anarquizante –en tanto parece rechazar toda disciplina eclesial o doctrinal–, pero profundamente reaccionario, que se siente comprometido como avanzadilla en el advenimiento de un orden cósmico  de nuevo cuño, en que se realice el sueño quiliásmico de una Humanidad esclarecida por luminosidad convergente de todas las religiones, concebidas como una misma instancia mistagógica que la estupidez de los pueblos ha degenerado y fragmentado. Estos aliados laicos del combate de Woijtila y el Islam contra todo relativismo cultural apenas disimulan su despotismo irracionalista, la añoranza que les embarga de aquel respeto a la jerarquía de los verdaderos principios morales que conociera un glorioso e improbable pasado, cuya memoria agravian hoy los espasmos de la historia y la irreductible diversidad de las culturas.

Es fácil establecer la genealogía de esa "vieja espiritualidad" que inspira Oriente y Occidente, de Racionero, o la Edad del espíritu, de Trías. La base sería la mezcla de esoterismo emanantista y universalismo ilustrado que operaron la masonería y el rosacruzismo desde el XVIII. Seguiría el éxito de Swedenborg entre románticos y simbolistas, la incorporación de la mística indotibetana de la mano de la teosofía de la Blavatski y enseguida de Gurdieff. De ahí, tanto socialismo mágico nazi –Eckardt, Rosenberg, Haushoffer- como las asociaciones mistérico-nihilistas organizadas en torno a Bataille –el Colegio de Sociología y, sobre todo, el grupo Acèphale-. Luego, la contracultura californiana de los años 60 y la soteriología yuppie de la new age han revitalizado esa preocupación por demostrar que todas las proyecciones trascendentes del individuo son en cierto modo equivalentes y habrá un tiempo en que el mundo cansado de arrastrar la condena de Babel, se liberará de su antigua condición de múltiple para abrazar la verdadera Claridad.

Tras su look literario y contracultural este tipo de animosidades han aprendido a cristalizarse en teorizadores a los que cabría presentar como anarcoiluminados, que suelen pensarse a sí mismos como vivas promesas de un casi milenarista "acontecimiento", por decirlo a la manera que acaba de hacerlo un Trías recién convertido al joaquinismo, consistente de hecho en el restablecimiento de lo que Splenger llamaba la "edad mítico-mística y creadora", que, como el autor de La decadencia de Occidente habría querido, permitiera acallar la algarabía provocada por la incomprensible resistencia que los pobres mortales oponen a la atracción del Centro. Ese mismo Centro, por cierto, que Trías y Racionero tan inmejorablemente están convencidos de encarnar hoy entre nosotros.




diumenge, 27 de gener del 2013

Lectures recomenades: Joan Prat i Carós, coord., "Espiritualitats orientals, teràpies naturals i sabers esotèrics" (Universitat Rovira i Virgili, 2013)

Lectures recomenades: Joan Prat i Carós, coordinador, Espiritualitats orientals, teràpies naturals i sabers esotèrics, Universitat Rovira i Virgili, Tarragona, 2013. 

Un dels grans etnòlegs evolucionistes, James Frazer, va predir que totes les societats humanes havien de passar, en un procés evolutiu lineal, per tres grans etapes: la màgica, la religiosa i la científica. Semblantment, Frazer estava convençut que les societats occidentals estaven plenament instal·lades a la fase científica. Però l'art de la predicció, com el de la profecia, és una tècnica arriscada i, si mirem al nostre voltant, tot sembla indicar que Frazer anava força desencaminat, ja que, si bé és cert que les religions hegemòniques han perdut el paper polític, cultural i simbòlic que havien tingut fins als anys setanta del segle xx (procés conegut a les ciències socials com a secularització o desencantament del món), també ho és que, contra tots els pronòstics, després de la segona guerra mundial, s'ha produït un nou «reencantament del món», que engloba un camp ampli de significats i fronteres incertes. Aquesta proliferació de pràctiques, creences i imaginaris ha rebut diferents denominacions, com per exemple Nova Era o New Age, àmbit difús del mistèric o espiritualitats emergents, o nebulosa misticoesotèrica. Aquí s'ha optat per denominar-ho Nous Imaginaris Culturals.


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