La foto es de Ruxx Naqvi
De esas conversaciones pilladas al vuelo
Manuel Delgado
Las ciudades suenan. Deberíamos hacer el ejercicio de, cuando vamos por la calle, pararnos y cerrar los ojos un momento para escuchar el murmullo que nos rodea, que es como un bajo continuo hecho de la multitud de sonoridades que nos envuelven como si fuera un líquido amniótico, un medio ambiente hecho de lo que podría parecer ruido, pero que es como una sinfonía, un concierto.
Entre esa barahúnda en la que ni siquiera cuando no pasa nadie o es de noche no existe el silencio, destacan las conversaciones ajenas, fragmentos de historias que captamos sin querer y que son el testimonio de vidas de otros, historias de amor y de tristeza, problemas y risas...
Ese fenómeno se agudiza más con el uso de móviles, en conversaciones que nos ponen al corriente de asuntos de los que no tenemos ni idea. Yo creo que muchas veces daríamos cualquier cosa por saber cómo acaban las historias de las que solo nos llega el eco captado por casualidad.
Todo eso tiene que ver con la fascinación que nos provocan los desconocidos, la gente anónima que irrumpe un instante en nuestra vida y nos hace llegar un trozo de la suya. ¿De dónde salen? ¿A dónde regresan?
A veces nos apetecería seguirlas, conocer algo más del residuo de ellas que nos llega con su voz. Es cómo si quisiéramos preguntar a todo el mundo lo de la canción de Perales, "¿y quién es él? ¿en qué lugar se enamoró de ti?
Esas conversaciones son la auténtica banda sonora de la vida urbana.