La foto es de Greg Schmigel |
Comentario para Carla Borseman, doctoranda
VIÑETAS SOCIALES
Manuel Delgado
La expresión "viñeta" social de la que te hablé la
emplea David Frisby en su libro sobre Georg
Simmel. De hecho, toda la tradición microsociológica trabaja a partir de
ese modelo de la viñeta —por ejemplo, Goffman en general—, a veces de manera
explícita, como en el famoso artículo de Ray L. Birdwhistell sobre la
"escena del cigarrillo", que ilustra precisamente con viñetas. Te lo
adjunto.
Pero si te interesa el concepto, has de ir a su fuente, en
este caso a la manera como Simmel criticaba el concepto global de sociedad que Durkheim
proponía. De ahí sus análisis llenos de sensibilidad, sobre aspectos de la vida
diaria aparentemente triviales o marginales. De hecho, creo que Simmel es acaso
el primer sociólogo de la modernidad, entendida en el sentido dado al término
por Baudelaire, como “lo efímero, lo fugitivo, lo contingente”. Nadie había,
hasta entonces, planteado la importancia de los momentos fugitivos y hacerlo en
forma justo de los que Frisby llamaba “viñetas sociales”. Es decir, Simmel se
planteo cómo capturar lo fugaz y lo fragmentario de la realidad, cada uno de
sus detalles, la imagen instantánea de la interacción social, todo lo que
denominaba “formas de sociación” y que la sociología formal no era capaz
de captar ni analizar.
Simmel concibió la sociedad como una interacción de sus
elementos moleculares mucho más que como una substancia. La sociedad existe
“cuando ciertos individuos entran en interacción y forman una unidad temporal o
permanente”. Así, la interacción no es tanto una fuerza que actúa en un cierto
sentido como atomismo complejo y altamente diferenciado, del cual resulta
imposible inferir leyes generales.
Para Simmel la sociología debía consistir en una descripción
y un análisis de las relaciones formales de elementos complejos en una
constelación funcional. La sociedad no era una cosa sino el resultado de una
interacción constante, de manera que las formas sociales más complejas son
extensión de interacciones más simples entre los individuos. Esto se traduce en
una atención preferente o exclusiva por los “procesos moleculares microscópicos
del material humano, que exhiben a la sociedad, por decirlo así, statu
nascendi. Esos “delicados e invisibles lazos que se tejen entre una persona y
otra son accesibles mediante la microscopía psicológica. No se trataba de
analizar las “estructuras de orden elevado y supraindividuales”, sino también
los lazos sutiles, invisibles, que vinculan a los individuos entre sí, los
“fragmentos fortuitos de la realidad social”.
Simmel detecta un “principio regulador del mundo de que todo
interactúa de alguna manera con todo lo demás”. Las relaciones entre las cosas
están sometidas a un fluir constante: “Entre todos los puntos y todas las
fuerzas del mundo existen relaciones en movilidad constante”, como consecuencia
de esa “tendencia general del pensamiento moderno, con su disolución de
sustancias en funciones, de lo estático en permanente en el fluir de una
incesante evolución”.
El papel de la acción y del rol es aquí fundamental. Digamos
que la sociología de Simmel se funda en la idea de que la naturaleza de la
existencia social está gobernada por la labor de los individuos en tanto que
actores -protagonistas de la acción- y el papel o rol, y se revela no sólo por
la imagen del otro sino también por el conocimiento del contexto estructural en
que tiene lugar la acción social del individuo.
Los fragmentos que te he copiado son del "El problema
de la sociología”, que está en Sociología I (Alianza).