LAS RELIGIONES ABRAHÁMICAS
Manuel Delgado
Como seguramente ya sabrás, el término “abrahámico” sirve para englobar una serie de religiones con ciertas características comunes y en la mitología de todas las cuales la figura de Abraham juega un papel importante. Por lo general la etiqueta permite aglutinar en una sola familia un conjunto heterogéneo de credos y hacerlo distinguiéndolos de otras grandes constelaciones religiosas como la dhármica, por ejemplo. Como también sabes, una cierta convención establecería que las tres grandes familias religiosas abrahámicas son el cristianismo, el Islam y el judaísmo, con algunas expresiones más minoritarias, como podrían ser samaritanos, mandeos, drusos o bahais. Elementos comunes a todas estas religiones, al menos nominalmente: monoteísmo, escriturismo, profetismo, origen semita, revelacionismo, orientación ética, convicción escatológica.
Ahora bien, no olvides que esa agrupación no es “natural” y puede ser rastreada hasta encontrar muy recientemente una aceptación que todavía hoy es discutible. Es cierto que ha acabado teniendo un cierto éxito, como lo demuestra el propio caso de Barcelona, en que no se dudó en ponerle el nombre de Centre Abraham al templo interconfesional levantado en la Vila Olímpica en 1992.
En cambio, esta vocación ecuménica del término “abrahámico” no creas que está demasiado justificada. No es que todas las variantes de cristianismo, Islam o de judaísmo no reconozcan la importancia central de la figura de Abraham, sino que no estoy seguro de que asuman de manera inequívoca una identidad abrahámica, que es casi lo mismo que reconocer que todas esas variantes de culto veneran a una misma divinidad.
Así, la asunción de una identidad abrahámica es rara entre los judíos. En cuanto a los cristianos, los de obediencia romana asumen identidad abrahámica a partir del Concilio Vaticano II, en concreto en la declaración Nostra Ætate. No es casual que en ese documento se sostenga, por primera vez de forma explícita, que el Dios de los cristianos es el mismo que el de los musulmanes, el “Dios de Abraham”, lo que implicaba que la Iglesia pasaba a considerar a los musulmanes como copartícipes del culto a “a un solo Dios que ha hablado a los hombres”.
Yo creo que ahí está la clave. De hecho, sólo el Islam se ha considerado a sí mismo y desde un principio como religión abrahámica, a partir del término Millat Ibrahim. De hecho oficialmente al menos el Islam se considera la única “Fe de Abraham", puesto que entiende que Mahoma es descendiente directo suyo a través de Ismael. En efecto, sólo en el Islam y desde el principio se reconoce explícitamente una identidad abrahámica. El Corán se llama "la religión de Abraham", puesto que implica situar en el núcleo de la fe el retorno a la sumisión absoluta a Dios y a su mandato, y en contraste con judíos y cristianos que no serían abrahámicos, puesto que no habían respondido a su llamada.
Cuando te digo que la clave está ahí, es que tengo la sospecha –me gustaría tener tiempo para verificarla– de que la noción “religión abrahámica” responde a una intención ecumenista de la que la fuente estaría en orientalistas cristianos atraídos por una cierta teosofía musulmana, en principio identificable con el sufismo, arabistas occidentales abiertamente simpatizantes con el Islam más místico, y que suelen ser asiduos de los encuentros del Círculo Eranos. Y estoy pensando básicamente en personajes como Mircea Eliade o Henri Corbin, pero sobre todo, en Louis Massignon, aquel gran arabista católico al que –con otros como Jules Monchanin, Henri Le Saux, Thomas Merton o Louis Gardet- la mencionada Nostra Ætate le debe mucho y que dedicó todo su empeño a poner de manifiesto la afinidad entre cristianismo e Islam, precisamente a partir de la denominación de origen compartida: "abrahámica". Es Massignon quien dedica diversos estudios a lo que él llama la “fraternidad abrahámica” y a quien se le debe muchísimo en el campo del diálogo interreligioso y el ecumenismo universalizante. Es decir, la noción de “religiones abrahámicas”, como la de “religiones del Libro” no sé si pertenece originalmente a Louis Massignon, pero lo que sí que es seguro es que es a él a quien le corresponde su formalización teológica y su valor como instrumento político y religioso de reencuentro ecuménico, al margen de su contribución a la causa pacifista y de diálogo intercultural e interreligioso.
Deberías imponerte como deber leer cosas suyas. Seguro que buena parte de su obra está traducida al italiano. Por aquí tenemos cosas como Ciencia de la compasión : escritos sobre el Islam, el lenguaje místico y la fe abrahámica (Trotta), aunque a efectos tuyos, el libro que más te interesaría sería Les Trois prières d'Abraham (Cerf) del que sólo conozco la edición original.
Y una prueba de lo reciente del término “religión abráhamica”. Si buscas en el clásico Diccionario de religiones comparadas, el magnífico trabajo de S.G.F. Brandon, publicado originalmente en 1970 y que aquí publicó poco después Cristiandad, verás que no hay ninguna entrada para ese concepto y que Abrahán, en tanto que Ibrahim, sólo aparece resaltado en su relación con el Islam.
Por cierto, abráhamicos en realidad fueron otros. Por ejemplo, los brachiniah, seguidores de Abraham o Ibrahim de Antioquía, una especie de paulicianos que aparecieron en Siria en el siglo IX. O, en aquel mismo siglo, los monjes de San Abrahán en Constantinopla, perseguidos por la iconodulia de Teófilo. Y, sobre todo –y en este caso sí que aludiendo al Abrahán veterotestamentario– fueron abrahámicos los bohemios que, a finales del siglo XVIII, se reclamaron seguidores de la religión de Abrahán antes de su circuncisión, abjuraron del cristianismo y reclamaron la herencia revolucionaria de los husitas, lo que les valió la deportación en masa a Transilvania.