Las ciudades contemporáneas representan la suma y síntesis de los procesos civilizatorios, encarnan las contradicciones propias de la economía y se nos presentan como uno de los sistemas complejos más acabados de la modernidad. Podemos considerarlas, por sí mismas, como un “artefacto cultural” cuya evolución y desarrollo tiene fuertes implicaciones para las relaciones entre los actores sociales. En las ciudades se expresa, a través del espacio y el territorio, una de las dimensiones de la política y el poder.
Actualmente, la ciudad de Saltillo, capital del estado norteño de Coahuila, ocupa un lugar importante dentro del sistema urbano nacional, debido a su localización, su perfil socio demográfico, la infraestructura que posee y la vocación económica, comercial e industrial que la ha caracterizado a lo lardo de su historia.