La foto es de Ron Anthony Bautista |
Me cuesta un poco
contestar a lo que me preguntas en los términos en que lo haces. Yo te digo lo que pienso. Lo que pienso es que, hoy
por hoy, las grandes dinámicas de transformación urbana están siendo
sistemáticamente puestas bajo la invocación de nociones que son clave
en el que las políticas de promoción urbana y competencia entre ciudades y
que son como un valor refugio con que dotar de singularidad funcional lo que en
la práctica son estrategias de mercado, además de fuentes de prestigio para las
instituciones políticas ante la propia ciudadanía. Es importante que al
resultado de las intervenciones que se presentan como regeneradoras del tejido
urbano quepa asignarles el atributo de creativas, dando a entender
que han ido acompañadas de la radicación de industrias e instituciones en
condiciones de proveer de bienes y servicios inmateriales. Objetivo:
que las ciudades merezcan el título de smart cities, "ciudades
inteligentes", para lo cual es preciso convertirlas en nicho de instituciones
culturales de renombre y escenario para eventos igualmente culturales,
componentes clave para hacer de ellas núcleos hiperactivos de producción de
imágenes y significados, que colocan el dinamismo intelectual, si es menester
rupturista, al servicio de ideales universales, como son el capital humano, la
sostenibilidad ambiental, el multiculturalismo, la calidad de vida, el
humanismo tecnológico, el cosmopolitismo, la participación ciudadana, etc.
Ese protagonismo
argumental asignado a la imaginación y la creatividad se corresponde con lo que
está siendo la creciente desmaterialización de las fuentes de crecimiento
económico, cada vez más envuelto de todo tipo de acompañamientos estéticos,
informacionales, artísticos, semióticos, etc.
Y todo para que. Pues
para legitimar y dar lustre a grandes dinámicas de mutación urbana gestadas y
gestionadas desde la lógica neoliberal, es decir a partir de los principios de
un capitalismo que le exige al Estado la reducción al máximo a su papel de
arbitraje económico y atención pública, pero que le asigna un papel clave como
su cooperador institucional, tanto por lo que hace a la represión de sus
enemigos —reales o imaginados— y la contención asistencial de la miseria, como
a la producción simbólica y de efectos especiales al servicio del buen
funcionamiento de los mercados. De tal alianza entre penetración capitalista y
políticas públicas resulta una transformación de la fisonomía tanto humana como
morfológica de muchas ciudades, consistente en favorecer la revitalización como
espacios-negocio de barrios céntricos o periféricos que fueron populares,
o de antiguas zonas industriales o portuarias ahora abandonadas, que se
recalifican como residenciales "de categoría" o se colocan al
servicio de las nuevas industrias tecnológicas y cognitivas, es decir eso que
permite otorgar y ver reconocido el título de "ciudad inteligente".