Segalen en Tahití en 1903 |
Nuevo mensaje para Emilio Suárez, estudiante del máster en Antropología y Etnografía de la UB
LO REAL NO PUEDE SER VIVIDO REALMENTE
Sobre lo Real, lo Simbólico y lo Imaginario según Victor Segalen
Manuel Delgado
Permíteme volver sobre la división Real-Simbólico-Imaginario. En el correo anterior te daba a entender una homología entre la forma como emplean esa fórmula Lévi-Strauss y Lacan. No quería darte esa impresión, porque no es exacta. Lévi-Strauss emplea esa tríada de manera bastante sencilla y clara. Aparece en los volúmenes II, III y IV de las Mitológicas, pero se define de manera nítida en el final del capítulo II, "La mitad pegajosa", del III, es decir de El origen de las formas de la mesa (Siglo XXI). Ahí te plantea de forma inequívoca que entiende lo real como lo empírico, lo experimentado; lo simbólico, como lo relativo a analogías entre experiencias reales y entidades imaginadas, y lo imaginario lo que pertenece de manera exclusiva al ámbito fantástico, exclusivamente pensado, pero que no ha sido ni podrá ser en modo alguno vivido.
Ese triángulo conceptual había sido aparentemente acuñado antes por Jacques Lacan. Lo denomina R.S.I. y lo utiliza a partir de 1950 —la primera de las Mitológicas es de 1964—, aunque quizá se encuentre más desarrollado en los Seminarios 3 (Paidós), al menos por lo que tengo leído y lo poco que consigo entender. La verdad es que Lacan, un autor del que la verdad no consigo entender prácticamente nada, y lo que entiendo no me interesa. De todos modos, aunque sea por su deuda con las nociones de sentido o de materia que toma de Saussure y en la glosemática de Hjemslev, sí que permite vislumbrar que lo Real en el psicoanálisis lacaniano remite a lo no representable, una especie de metafísica del signo que denota lo que la labor de significación no consigue someter a sentido. De modo que la realidad —recuerda lo que te decía en el mensaje anterior— no es sino aquella pequeña parte de lo Real que conseguimos percibir y entender. El resto es un enigma. No sabemos que es, aunque está ahí y a veces lo intuyamos. Slavoj Žižeka ha recuperado esa idea de Real como lo inexpresable, que no tiene existencia positiva, pero espanta. Añado: es lo que percibe Kurtz al final de El corazón de las tinieblas: "El horror, el horror, el horror".
Lo que te quería compartir era el descubrimiento de alguien que, antes que Lacan, había empleado esa trilogía Real-Simbólico-Imaginario. Por supuesto que no tengo la menor pretensión de haber descubierto nada en realidad. Cuando digo "descubierto" me refiero a que caí en la cuenta de algo interesante que seguro que otros han estudiado a fondo. Me refiero a la conexión de Victor Segalen y Lacan. He husmeado un poco por ahí y no he visto que ese vínculo aparezca explicitado. Tampoco sé si Lacan reconoce la deuda. Seguro que tanto una cosa como la otra están perfectamente señaladas, tanto el reconocimiento de ese nexo por el propio Lacan como por quienes han estudiado e incluso comprendido su obra.
Debes conocer a Victor Segalen. Un novelista francés de entresiglos que constituye un ejemplo perfecto de esa protoetnografía que se cultiva por parte de escritores de ficción que desarrollan en sus obras no solo un espíritu descriptivo cien por cien etnográfico, sino una sensibilidad hacia lo exótico y sus problemáticas que la mayoría de antropólogos de su época no sostenían. Procura acercarte a su obra. Hay una extraordinaria selección de su poesía en Antología (Plaza & Janés). También tienes su Estelas (Visor) o El hijo del cielo (Seix Barral). Hay más cosas. Increible La vida cóncava (Cuatro). Tengo en casa su René Leys (Alianza). Si quieres te lo paso. En francés tengo Les immemoriaux (Plon).
Pero en la obra en la que quiero que te fijes es en una que compré en una librería de lance. Me refiero a Viaje al país de lo Real, que es uno de los libros que le sacó Olañeta, con Diario de las islas y Noa-Noa, un libro originalísimo en el que describe su viaje a Extremo Oriente. "¿Qué es lo imaginario? –se pregunta Segalen–: lo que hay antes de la partida, lo que luego se abandona al llegar –en el momento de enfrentarse con lo real–, pero que luego se reencuentra y se imbrica con ese mismo real". Más adelante: “Peripecias: yo, partido en busca de lo Real, fui apresado de golpe y no siento otra cosa. Poco a poco, muy delicadamente, asoman los muros de un imaginario anterior. Después de algún tiempo: juego alterno. Luego triunfo de lo Imaginario por el recuerdo y la nostalgia de lo real.”
"Nostalgia de lo Real". Creo que Segalen entiende qué es, en efecto, lo Real: algo que no puede ser vivido, al menos radicalmente -es verdad, lo Real no puede ser vivido realmente-, ni siquiera imaginado, pero que, en cambio, puede ser y es lo invocado, lo esperado, lo soñado, pero también lo temido, lo insoportable, puesto que su visión o su contacto no pueden ser sino devastadores. Algo que está ahí, aunque todavía no haya llegado.