Con un retraso imperdonable –más de dos años– conozco la
desaparición del antropólogo gallego José Antonio Fernández de Rota. Lo siento
de veras. No puedo presumir de haber sido amigo suyo, pero le agradezco que
contara conmigo para el simposio “Integración social y cultural” que tuvieron
lugar en la Universidade de la Coruña en 2001 y de las que dos años más tarde
la misma universidad publicaba las intervenciones.
Mi vinculación con este hombre es con todo importante.
Fernández de Rota pertenece a una leva de antropólogos que empezaron a
considerar el espacio como un asunto central en su investigación. Fueron todos
en esa sensibilidad discípulos de
Carmelo Lisón Tolosana y, entre ellos, para mí fueron especialmente seminales,
además de José Antonio, Honorio Velasco y José Luis García García. De Fernández
de Rota fue fundamental para mí su Antropología
de un viejo paisaje gallego (Siglo XXI), aparecido en 1984. Cuando nos
encontramos en A Coruña me regaló un libro que siempre menciono como ejemplo de
cómo se lleva a cabo una etnografía de espacios urbanos. Me refiero a Betanzos frente a su historia. Sociedad y
patrimonio (Fundación Caixa Galicia). Todo el apartado “Construcción social
de la ciudad” me parece sencillamente ejemplar. Tiempo después tuvo la
gentileza de enviarme su último libro Nacionalismo,
cultura y tradición (Anthropos). Antes, cuando preparaba Diversitat i integració, compré y leí
con interés otra compilación suya: Etnicidad
y violencia (Universidade da Coruña).
En fin, que me ha dolido conocer la desaparición de José
Antonio Fernández Rota, más todavía por lo tarde. Espero que el fallecido no
considere mi ignorancia como desatención.
