Consideracions sobre l'ascendent de Le Bon sobre la política de masses del nazisme per a Iris Serrano, estudiant del Grau d'Antropologia de la UB
HITLER I LA SEDUCCIÓ DE LES MASSES
Manuel Delgado
En aquest sentit el hitlerisme i altres totalitarismes de masses treballaven a partir aquest concepció sobre les masses presa de Le Bon de cara a forçar-les a allò que des de l'esquerra es podia percebre com una veritable traïció de les masses obreres al que hauria d'haver estat el destí natural de la seva força, que no podia ser més que el de la destrucció de l'ordre capitalista. Wilhem Reich ho va notar així al seu clàssic Psicología de masas del fascismo. México DF, Roca. 1973 [1933]: 13.
"Desde un punto de vista racional podría esperarse que las masas trabajadoras empobrecidas desarrollaran una conciencia aguda de su situación social y trataran de poner fin a su angustia. Por el mismo motivo, un trabajador reducido a la miseria tendría que rebelarse contra los malos tratos y decirse: “Quien cumple una labor social útil soy yo. La suerte de la sociedad depende esencialmente de mí. Asumiré por mí mismo la responsabilidad de las tareas que me incumben”. En este caso, el pensamiento (“conciencia”) del obrero estaría en consonancia con su situación social. El marxista designaba tal actitud “conciencia de clase”. Nosotros diremos de este trabajador que tiene conciencia de realizar un trabajo especializado, que se halla animado por una “conciencia social”. Sin embargo, la divergencia entre la situación social de las masas trabajadoras y la conciencia que ellas tienen de esta situación conduce, no a un mejoramiento, sino a una deteriorización de su condición social. Fueron precisamente las masas empobrecidas las que ayudaron a la instalación en el poder del fascismo".
Els totalitarismes semblaven assentar, en efecte, en unes masses que a la vegada menyspreaven. El que t'explicava és que el mateix Adolf Hitler es vantava d'haver-li tret el millor profit als ensenyaments de Gustave Le Bon i haver assentat el seu poder polític en la manipulació d'unes masses que socialistes i comunistes havien cregut monopoli seu a Alemanya. Davant les pretensions de l'esquerra, però també davant de la rudimentària desqualificació reaccionària, Hitler estava convençut d'haver trobat la clau per posar-les al servei dels objectius del Partit Nazi. En les seves confidències a Hermann Rauschning, podem llegir en un capítol XXXV tot ell dedicat a la seva concepció de la política de masses:
"La masa es como un animal que obedece a sus instintos. Para ella, la lógica y el razonamiento no cuentan. Si acerté al desatar el movimiento nacional más poderoso de todos los tiempos, se debe a que nunca obré en contradicción con la psicología de las multitudes no choqué con la sensibilidad de las masas. Tal sensibilidad puede ser primitiva, pero tiene el carácter permanente e irresistible de una fuerza natural. Cuando la multitud adquiere una dura experiencia, como en la época de las tarjetas de pan y de la inflación, ya no la olvidará nunca. La masa posee un aparato intelectual y sensorial muy sencillo. Todo cuanto no acierta a catalogar le llena de desasosiego. Sólo teniendo en cuenta las leyes naturales soy capaz de dominarla. Se me ha reprochado que fanatizo a la multitud y la pongo en un estado extático. El consejo de los psicólogos sutiles prescribe que debe apaciguarse a las masas y mantenerlas en estado de apatía letárgica. No, señores; es exactamente lo contrario lo que debe hacerse. Sólo gano a la multitud cuando la arranco de su apatía; la masa sólo es manejable cuando está fanatizada. Una masa que permanece apática y amorfa es el mayor peligro para una comunidad política, cualquiera que sea. [...] Fanaticé a la masa para hacerla instrumento de mi política. La desperté. La obligué a elevarse por encima de sí misma; le di un sentido y una función. Se me ha censurado que desperté en ella los más bajos instintos. Jamás hice tal cosa. Si me presentara ante ella con argumentos razonables no me comprendería; pero cuando despierto en ella sentimientos que le convienen sigue inmediatamente la orden que le doy. En una asamblea de masas apenas queda sitio para el pensamiento. Y como necesito tal ambiente para asegurarme que mis discursos producirán el efecto máximo, hago intervenir en mis reuniones el mayor número posible de auditores de todo linaje y les obligo a fundirse en la masa, quieran o no: intelectuales, burgueses, junto a los obreros. Agito al pueblo hasta hacer de él una masa".
Això ho tens a Hermann Rauschning, 2006 [1938]. Hitler. Confesiones intimas, 1932-1934, Barcelona, Círculo Latino, pp. 230-231. A la biblioteca tens una versió en espanyol dels anys 40. Ben interessant, per cert.