Billete publicado en El Periódico de Catalunya el 3 de diciembre de 1991
CONFLICTOS ÉTNICOS
Manuel Delgado
El horror de Vukovar planteó un grave problema a la hora de distribuir culpabilidades: no había forma de saber si las decenas de asesinados eran serbios o croatas. La guerra étnica en Yugoslavia se produce entre dos comunidades que no se diferencian físicamente, ni en el idioma que hablan –el serbocroata-, sino en el tipo de escritura que emplean –cirílica o latina- y en su obediencia cristiana –ortodoxa o romana-. Y es que una etnia no es más que un grupo humano que se piensa a sí mismo como culturalmente distinto –y en cierta forma preferible- a los demás grupos humanos. Etnia, quiere decir simplemente pueblo.
A pesar de ello, se está empleando con una alegría pasmosa ese término para referirse exclusivamente a colectivos no occidentales. Así, y por citar sólo un ejemplo, estos días hemos podido comprobar cómo el resurgir del contencioso entre valones y flamencos en Bélgica, a raíz de las últimas elecciones, se ha presentado escamoteando la expresión tabú conflicto étnico para aludir a lo que, a todas luces, lo era. El caso español es aún más espectacular. La última entrega del excelente 30 minuts de TV-3 nos mostraba la escasa simpatía que merece lo catalán en el resto del Estado. Pues bien, en ningún momento se insinuó que de lo que se estaba tratando era de rivalidades étnicas. En cambio, guste o no, científicamente hablando, la animadversión que los extremeños o andaluces mostraban en el programa hacia los catalanes era tan étnica como la que los huttus sienten por los tutsis en Burundi.