Una danza andamanesa retratada por A.R. Radcliffe-Brown en 1905 |
SOBRE LA FUENTE PRAGMÁTICA DEL CONCEPTO DE SÍMBOLO EN ANTROPOLOGIA
Manuel Delgado
En
principio, vamos a fijarnos en cómo Turner define símbolo dominante como aquel
que trasciende la dimensión meramente instrumental de un ritual, es consistente
en el tiempo y sirve de unión entre la estructura social y la cultural, o, si
quieres plantearlo en términos marxistas, entre estructura social e ideología,
o dukrheimniana, entre morfología social y sistema de representación. Resume,
por así decirlo, los principios fundamentales que hacen posible una determinada
sociedad y lo hace en condiciones de suscitar emociones poderosas.
Ahora, observa
las fuentes teóricas en que sustenta su teoría. Por una parte la definición de
Edward Sapir de “símbolo de condensación”, como un tipo particular de símbolo
que se caracteriza por su virtud al mismo tiempo de concentración y de
compendio de significados, pero también por su poder emocional, es decir su
capacidad de desencadenar reacciones sentimentales. Si quieres ver toda la
definición, la tienes como entrada en el volumen VI de la Enciclopedia Internacional de las Ciencias Sociales, editada por
Aguilar en español en el año 68. La tengo, pero seguro que está en la
biblioteca de la facultad.
Luego remítete
a Radcliffe-Brown. Esa es la pista en primera instancia principal porque la
definición que da de símbolo dominante se corresponde con la que
Radcliffe-Brown establece para reconocer el valor paralingüístico del ritual y
el conocimiento de su gramática, estudiando el papel que juegan determinados
símbolos que se repiten en distintos rituales en una determinada sociedad para
establecer cuál es su significado común, un poco en la línea de lo que advertía
Marcel Mauss cuando decía que igual que todo mito forma parte de una mitología,
todo rito forma parte de un culto en el que los elementos centrales se repiten
y repiten su sentido. Esto está en la Frazer Lecture de 1939, que está en el capítulo
VII de Estructura y función en la
sociedad primitiva (Península), titulado “Tabú”. Si lees este texto de
Radcliffe-Brown que te digo verás que la teoría de Turner es prácticamente idéntica.
Solo hay que cambiar la distinción símbolo de condensación-símbolo instrumental
en Turner por la de acto técnico-acción ritual en Radcliffe-Brown. Lo mismo
cambiando “valores sociales” por “axiomas sociales” como el predicado de los
simbolismos rituales. También el papel secundario que Radcliffe-Brown le asigna
a la interpretación que dan los propios practicantes a los ritos en que se
implican se convierte en lo que Turner llama nivel exégetico de la interpretación
los ritos.
Pero lo
interesante es cómo, como de pasada, Turner remite a la idea de “objeto eterno”
en Alfred N. Whitehead. Atención a eso, porque Whitehead es un autor clave para
entender cómo fue que la sociología de la religión de Durkheim y Mauss se
transforma, con Radcliffe-Brown, en antropología simbólica, esto es
antropología de los símbolos rituales, por mucho que también cite a Whitehead “de
paso”, en una nota al final del artículo que te mencionaba. La incorporación
del concepto de “símbolo” es fundamental, porque en ella se reconoce el paso de
una no-definición de símbolo en la lingüística derivada de la sociología
durkheimniana al papel central de esa noción en el pragmatismo norteamericano,
al que cabe asociar sin duda a Whitehead. Dicho de otro modo, estamos en esa
adopción de “símbolo” en el momento clave en que pasamos de una etnología
religiosa emparentada con la semiología con una antropología simbólica
emparentada con la semiótica. Radcliffe-Brown pasa de un Saussure que renuncia
a definir “símbolo” en su Curso de lingüística
general, puesto que todos los signos son por definición arbitrarios en
relación con lo que significan, a un Peirce, en que los símbolos son un tipo
específico de signo que, a diferencia de los índices y los iconos, se vincula
con su referente a partir de un acuerdo social sin más soporte que el consenso
sobre su significado, un significado que se plantea prácticamente como estímulo
para la acción, en un sentido conductista. Por eso Radcliffe-Brown insiste en
que los rituales –cuyas unidades son los símbolos– deben ser considerados en
acción y a partir de sus efectos que siempre son, directa o indirectamente, como
corresponde a la teoría estructural-funcionalista, sociales. Te mando el capítulo
para que veas lo que dice.
Tanto Sapir
como Whitehead pueden considerarse pragmáticos, uno en lingüística y el otro en
lógica matemática; por tanto, hacen propia la tradición ultrautilitarista
norteamericana y su concepto de símbolo. La teoría de Whitehead sobre el símbolos
los tienes en español en El simbolismo.
Su significado y efecto (UNAM). El original es de 1927. Te lo adjunto.
La noción pragmática
de símbolo aparece especialmente desarrollada, como te digo, en Charles Sanders
Peirce, que formula esquemáticamente de una tríada donde los elementos se relacionan en
términos de sustituibilidad mutua. En uno de los vértices de este vínculo
triádico está el signo o representamen, cualquier objeto perceptible,
imaginable o, incluso, inimaginable; lo que, en definitiva, para alguien
representa algo o alude en cualquier aspecto o carácter.
Sigo con Peirce. Los signos pueden ser iconos, en caso de que hagan
referencia a un objeto que denotan en virtud de caracteres que le son propios y
que posee igualmente, ya existe ese objeto como si no, es decir por similitud;
pueden ser índices, cuando el signo se refiere a un objeto que denota en la
medida que es realmente afectado por este, es decir por contigüidad; y, por
último, símbolos, signos que se refieren al objeto que denotan por virtud de
una ley o convención. El símbolo es una regla que determina al interpretando.
Este interpretando, segundo de los vértices de la tríada semiótica de Peirce,
puede ser inmediato, es decir, el efecto total, sin analizar, que se espera que
el símbolo suscite, y que es el resultado de la impresión, sensorial y no
volitivo. O, lo que es lo mismo, la conducta en sí. El interpretando puede ser
también dinámico, es decir, el resultado en la mente del intérprete que el
emisor del signo se propone producir. Por último, el interpretando puede ser
final, es decir, el efecto que el signo produciría en cualquier mente sobre la
que las circunstancias le permitieran ejercer un resultado pleno. El tercer
vértice de la tríada es el fundamento u objeto que encuentra en el signo su
intermediario para convertirse accesible al pensamiento. La condición
pragmática de esta teoría podría quedar resumida así: "El significado de
una cosa consiste en los hábitos que esta que implica”. La teoría peirceana del
significado, entendido como significado práctico, se traduce, por tanto, en una
concepción del pensamiento como productor de creencias que orientan y
determinan la acción con el fin de obtener ciertos efectos.
Esto lo tienes, por ejemplo, en El
hombre, un signo (Crítica), pero es complicado. La única persona que
conozco que es capaz de leer como es debido a Peirce es Pere Salabert. Si quieres
hacerme caso, emplea mejor el clásico de George Herbert Mead, Espíritu, persona y Sociedad (Paidós),
que es el que empleo en classe para explicar el interaccionismo simbólico.
Busca en el índice onomástico “símbolo” y lo verás explicado bien claramente,
siempre en ese sentido del símbolo como algo a disposición de la ejecución de
fines prácticos, que si tienen valor ritual, como aquí nos interesa, son socialmente
estratégicos.