dissabte, 3 de desembre del 2022

Algunas referencias sobre las mujeres en la calle

Fotografía de Joan Colom

Nota para Carla Galli, doctoranda, enviada en febrero de 2015

ALGUNAS REFERENCIAS SOBRE LAS MUJERES EN LA CALLE
Manuel Delgado

Vamos a la raíz. Piensa en cuál es el lugar de la mujer en la ciudad en el campo de la representación artística. La pintura, por ejemplo. Piensa en finales del XIX, cómo aparece y verás que siempre se la pinta en casa. Si se la representa en la calle, no lo dudes: es una puta. Piensa en todo lo que hemos hablado sobre las maneras de llamar de manera "elegante" a una prostituta: "mujer de la calle", "mujer pública", "peripatética", "mujer de las esquinas".... Eso es importante. Y lo mismo para la literatura de la misma época. La presencia de la mujer en la calle solo se justifica bajo la figura de la prostituta o de la asesinada. Busca el artículo de J. Wolff, “The Invisible Flaneuse: Women and the Literature of Modernity”, ,heory, Culture & Society, II/3 (1985), pp. 33-46, y el libro The Invisible Flâneuse?: Gender, Public Space and Visual Culture in Nineteenth Century Paris, que es una compilación de Aruna D'Souza  y Tom McDonough  (University of Manchester Press, 2008). Luego tienes el de Erika Bornay, Las hijas de Lilith, Cátedra, Madrid, 1998 y el catálogo de una exposición que se titulo On són les dones?Este lo tengo; si quieres te lo paso.

Por cierto, tendrias que ver todas las películas que tienen como protagonistas a prostitutas y ver el papel que tiene la calle como escenario activo. Pienso en las clásicas: Las noches de Cabiria, de Fellini, Vivre sa vie, de Godard, Irma la dulce, de Billy Wilder, etc.

Otro ejercicio: leer literatura escrita por mujeres y ver el lugar que en ella ocupa la calle. Desde Charlotte Bronte o George Eliot. Por supuesto, Virgina Woolf. Luego, si quieres, Dorothy Parker, Angela Carter, Barbara Brooks, Djurna Barnes, Carmen Laforet... O el resumen que hace L. Heron, en Streets of Desire. Women’s Fiction in the Twentieth Century City, Virago, Londres, 1983.

Has de entender esa génesis del actual modelo vigente de espacio público como espacio esencialmente masculino. Indispensable leer a Richard Sennett, tanto El declive del hombre público, Anagrama, como R. Sennett, Los usos del desorden, Península, Barcelona, 1975, que es donde explica la invención de "hogar dulce hogar". Indispensable controlar los clásicos. Por ejemplo, Georg Simmel, Cultura femenina y otros ensayos, Espasa-Calpe, México DF., 1961. Indispensable, Erving Goffman, “La ritualización de la feminidad”, en Los momentos y sus hombres, Paidós, Barcelona, 1991. Por cierto, observa cómo Simone de Bouvoir cita ese texto de Goffman varias veces en el para ti innegociable El segundo sexo. Más clásicos que debes conocer: Betty Friedman, La mística de la feminidad, Sagitario, Madrid, 1965. Has de conocer estas cosas. Haz lo que quieras con ellas, pero conócelas. Si no, pierdes el derecho a hablar de manera fundamentada sobre este asunto.

Por cierto, ¿pregúntate cómo es que hay tantas mujeres entre nuestros referentes teóricos y morales? Apréndete de memoria el libro de nuestra Jane Jacobs, Muerte y vida de las grandes ciudades, Capitán Swing, 2011.

Más lecturas de partida. Son de los 90 pero los has de conocer. Fáciles de encontrar: C. Booth, J. Darke y S. Yeandle, coords., La vida de las mujeres en las ciudades, Narcea, Madrid, 1998; Teresa del Valle, Andamios para una nueva ciudad (Cátedra, Madrid, 1997); L. McDowell, Género, identidad y lugar (Cátedra, Madrid, 1999); M. Á. Durán, La ciudad compartida. Conocimiento, afecto y uso, Consejo Superior de los Arquitectos de España, Madrid, 1998; Anna Sabaté et al., Mujeres, espacio y sociedad, Síntesis, Madrid, 1995.  



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