La actual discusión a propósito de la obligatoriedad del uso de casco por parte de los ciclistas urbanos, hace quizá pertinente la recuperación de este billete que publiqué en El Periódico de Catalunya el 29 de julio de 2000, pocos días después de que un 4x4 embistiera trágicamente a tres ciclistas en Corbera.
PELIGROS CICLISTAS
Manuel Delgado
Por sus virtudes
prácticas, deportivas y civiles, la bicicleta es el instrumento por excelencia
de la pacificación de la vía pública. Su presencia en las calles y las
carreteras prueba que es posible la amabilidad en un mundo que tantas veces se
antoja dominado por la insolidaridad y el apresuramiento. Pues bien, esa
exaltación de la cordialidad tiene sus mártires. Decenas de ciclistas –los
últimos anteayer– mueren cada año como resultado de la falta de respeto que
merece la práctica más respetable que conocen nuestros espacios públicos. Los
más ejemplares de sus usuarios son los más vulnerables, los más desprotegidos y
los más despreciados por parte de aquéllos que están convencidos de que la vía
pública no es pública, sino de ellos. ¿La culpa del ciclista? : pretender
circular de otra manera, encontrar otra cadencia, otro ritmo; valorar los
deslizamientos suaves sobre el asfalto, renunciar al vértigo en nombre de la
calma y, sobre todo, creer que él también tiene derecho a transitar.
Nuevas normas se
preparan para acabar con la sangría de ciclistas, pero todas ponen el acento en
las medidas de seguridad que ellos y sólo ellos deben adoptar, como si de algún
modo fueran responsables de la fatalidad que les afecta. Ni una palabra sobre
vigilar y castigar a quienes parecen practicar un sistemático acoso al
ciclista. Nada acerca del peligro que implican ciertos modelos de coches, como
los todoterreno, moles diseñadas para una conducción agresiva y que pueden
matar y matan, como lo acaban de demostrar en Corbera este pasado domingo.
Por cierto...
Qué curioso. Tantas iniciativas para normativizar la tenencia de «razas
peligrosas» de perros y nadie hace nada por controlar la posesión de vehículos
que dan la impresión de haber sido concebidos para llevarse todo lo que
encuentran por delante.