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Por fin una campaña como debe ser contra el racismo y a
favor del derecho a la diferencia, entendida, como corresponde, como deber de
indiferencia ante la diferencia. Frente a todos los tópicos sobre un respeto a
la diferencia en que los diferentes son siempre los otros, he aquí un trabajo
que parte y hace el elogio de la premisa para la cual todo el mundo es distinto y poco cabe hacer ello que no sea alegrarse.
Esa fue la idea que intenté defender inútilmente en la exposición “La ciutat de
la diferència”, que comisarié en el CCCB en 1996, por encargo de la Fundació
Baruj Spinoza.
De todos modos, la coincidencia se explica. El spot es cosa
de dos buenos amigos, jóvenes colegas, Eduardo Díaz y Jorge Moreno, a los que
ya debemos un excelente documental sobre los aviadores republicanos españoles, “Vuelo
a Shangri La”. Además, se nota fondo cinéfilo, porque el anuncio es un especie de versión ampliada y actualizada de una secuencia de la película "The Boy with Green Hair", de Joseph Losey (1948). Es lo que pasa cuando este tipo de encargos se atribuyen a quien
corresponde, es decir a antropólogos con experiencia y conocimientos históricos en creación audiovisual en condiciones de hablar y hacer pensar en
serio sobre la diferencia cultural, presentándola como hay que presentarla:
como un hecho, y basta.
El anuncio es una contribución a la Campaña de Sensibilización contra la Discriminación de Red Acoge, la federación de asociaciones pro
inmigrantes, a la que felicito por atreverse a no repetir lugares comunes, que
son en el fondo nuevos argumentos, más sutiles, para las posturas que pretenden combatir.