Jesús Contreras, catedrático de
Antropología en la Universitat de Barcelona
[La fotografía de Javier Sierra y corresponde al
centro de Madrid en las Navidades de 2007. Esta tomada de la página http://www.flickr.com/photos/javiersierra/]
Además de las muchas medidas “para salir de la crisis”
que fueron anunciadas por el Presidente del Gobierno de España, adoptadas por
el Consejo de Ministros del viernes día 13 (¡oportuna elección!) y justificadas
por sus portavoces en la rueda de prensa posterior, existen otras no publicitadas pero no menos
trascendentes. En efecto, el Consejo de
Ministros adoptó por decreto declarar no
festivos los días 25 de diciembre de 2012 y 1 y 6 de enero de 2013. Asimismo, al mismo tiempo que se decidía
suprimir días adicionales de libre disposición a los funcionarios, se decidió
otorgar un año sabático a Papá Noel y
a los Reyes Magos. También se decidió
recortar en una cantidad todavía no determinada los ingresos a todos los
productores y vendedores de turrón, cava, jamón, besugo, pavo, cordero, vino,
jamón, juguetes y cualquier otro tipo de productos u objetos susceptibles de
ser regalados. Es decir, no sólo los funcionarios se van a
quedar sin la paga “extra” de Navidad.
Los efectos colaterales de
esta medida son, por ahora, incalculables. Efectos económicos, por supuesto,
pero, también, sociales, psicológicos, culturales… ¿Oficiarán los Obispos
españoles la Misa del Gallo, por ejemplo? ¿Qué mensaje de paz serán capaces de
trasmitir a sus feligreses? ¿Con qué
dinero se sufragará la cena de Nochebuena, la comida de Navidad, el Reveillón o
Cotillón de Fin de Año, los regalos y los roscones de Reyes?
Disminuyen considerablemente los ingresos de los
asalariados (por supuesto, las grandes fortunas siguen intocables), aumentan los impuestos directos e indirectos, aumenta
el paro, disminuyen las prestaciones para los parados, aumentan el copago por
servicios públicos fundamentales como la sanidad y la educación… ¿Qué vamos a celebrar
durante las próximas navidades? ¿Qué Dios se hizo hombre para redimir nuestros
pecados? No parece que ese sea el caso porque, por lo que se ve, nuestros
pecados (¿son nuestros los pecados?) los estamos redimiendo nosotros mismos o ¿acaso
no es suficiente penitencia sufrir las consecuencias de todas las medidas que
se están adoptando? No tiene sentido que
el 25 de diciembre y el 1 y el 6 de enero sean festivos. No hay nada que celebrar y, si lo hubiera
¿cómo celebrarlo? ¿Con unos azotes en el culo? ¡Azotes para funcionarios y
asalariados en general! Pero, amnistía fiscal para los defraudadores y evasores
de capital, silencio administrativo para los corruptos y especuladores en
general, sueldos e indemnizaciones multimillonarias ¡pero no azotes! para los
gestores de Bankia y de todas las cajas que han quebrado y que ahora hay que
“rescatar” a base de recortar salarios y prestaciones sociales y aumentar los
impuestos.
¡Es curioso! Al mismo tiempo que se rebajan muy
significativamente los ingresos de las familias se amplían los horarios de
comercio ¡Los comercios estarán abiertos más horas! ¿Para qué? si los posibles
compradores no van a tener dinero para comprar nada. Además, si la mayoría de
la población estará en el paro, dispondrá de todo el tiempo para ir de
compras. Por otra parte, visto lo visto,
no hace falta aumentar de 8 a 10 el número de domingos que los comercios podrán
abrir sus puertas, simplemente, pueden suprimir los días festivos en general.
Para la gran mayoría de las familias españolas, la paga
extra de de Navidad se consume casi íntegramente… consumiendo… turrón, cava,
jamón, besugo, pavo, cordero, vino, jamón, juguetes y cualquier otro tipo de
productos u objetos susceptibles de ser regalados. ¿Cómo y cuánto será el consumo durante las
próximas Navidades? ¿Cuántas pequeñas empresas, y no tan pequeñas, deberán
cerrar por falta de compradores para sus productos? ¿En qué nuevo número
aumentará la cifra de parados? ¿En qué medida aumentarán los estados
depresivos? ¿En qué medida, los que decidan tomarse la justicia por su mano?
¡Qué se jodan! dice alguna diputada. Por este camino, si se trata de joder,
pueden ser muchos los que se animen a hacerlo.