Pedro G. Romero, Las correspondencias, Periférica, Cáceres, 2011, 72 páginas.
Una subyugante novela epistolar sobre la amistad y el dinero
tan diferente como atractiva, y la primera que publicamos de un autor español
vivo. Una novela con personajes que viven y se relacionan en la ciudad de
Venecia, en el presente, pero que parecen haber vivido ya en otros grandes
libros del pasado.
Este libro puede ser leído como una novela epistolar, pero
es más bien, según el propio autor, una de esas «cosas» modernas que se
mencionan en la última de las cartas del volumen, citando directamente a
Pasolini.
Nace Las correspondencias de una frase del poeta Ezra Pound:
todas las cartas hablan a la vez de amor y de dinero; y crea una ficción, que
bien pudiera ser muy real, a partir de nombres y apellidos de distintos
habitantes de la ciudad de Venecia, anónimos e involuntarios participantes en
estas correspondencias compartidas que forman una «trama» mucho más interesante
que la de la mayoría de novelas de nuestro tiempo.
Pero si esta pieza narrativa de ficción anclada en lo real
nace en parte de la propia Venecia –puede ser leída incluso como un itinerario
por la imagen pantano de la ciudad flotante, lugar de nacimiento del capital
financiero–, también para su escritura fue esencial la lectura de tres libros
distintos: las Cartas luteranas de Pier Paolo Pasolini, las Cartas desde la
cárcel de Antonio Gramsci y Querido Miguel de Natalia Ginzburg.