EN LUGAR DE JODERNOS, ¿POR QUÉ NO NOS GASEAN DIRECTAMENTE?
Jesús
Contreras
Quizás haga falta saber mucho de economía, de política
económica y de economía política para entender cuáles son las razones de esta
crisis, así como para entender la “racionalidad” de las medidas que se están
tomando en España para atajarla. Pero, creo, no hace falta saber mucho de
economía, de política económica y de economía política para saber qué es lo que
va a suceder en un futuro muy inmediato.
Lo que está sucediendo es lo siguiente: aumento constante
del paro, recortes importantes en las prestaciones sociales en general y en
educación y sanidad en particular, disminución de los salarios e, incluso,
supresión de la paga extra de Navidad para los funcionarios (e, indirectamente,
también, para la mayoría de productores y comerciantes), disminución en las
prestaciones al desempleo, aumento de los impuestos sobre los rendimientos del
trabajo y aumento de los impuestos en general a través del aumento del IVA lo
que, a su vez, supone una escalada generalizada de los precios, etc. Dicho de otro modo, la ciudadanía en general
(pero no aquellos que se permiten aumentar en un 20% el consumo de bienes de
lujo) dispone cada vez de menos dinero para realizar sus compras, para pagar
sus hipotecas, para acceder a una educación y a una salud dignas e igualitarias,
etc. Y, así, podemos observar ya algunas
de las consecuencias: recesión generalizada en el consumo, aumento de las
familias desahuciadas de sus viviendas, aumento de la desnutrición infantil y aumento
de la precariedad y de la pobreza en general expresadas, por ejemplo, en un
aumento de las personas que recurren a servicios sociales asistenciales tales como
los comedores sociales; o en una disminución de algunas décimas, por primera
vez desde que disponemos de ese dato, en la esperanza media de vida al nacer.
Por otro lado, al margen de la falta de libertad,
reconocida por parte de nuestros gobernantes, para tomar otras decisiones (¿cuáles?), se dispara la prima de
riesgo lo que obliga a suponer que el Estado, como deberá dedicar mayores sumas
de dinero a pagar los intereses de la deuda, dispondrá de menos dinero para
prestar los servicios sociales, estimular la productividad y la investigación
científica, pagar los salarios a sus funcionarios… Y, consecuentemente, seguirá aumentando el
paro al mismo tiempo que volverán a disminuir las prestaciones al desempleo, se
realizarán nuevos recortes en las prestaciones sociales en general y en
educación y sanidad en particular, volverán a disminuir los salarios y se
rebajarán las pensiones, volverán a aumentar los impuestos y los precios,
etc. Y, consecuentemente, seguirá
empeorando nuestra educación y nuestra salud y nuestras condiciones de vida en
general (¿quién habla ya de bienestar?).
Resulta oportuno recordar ahora que, en el pasado mes de
marzo, un informe, nada menos que de las Naciones Unidas, señalaba los riesgos
económicos que suponía el hecho de “vivir demasiados años”. Asimismo, un grandísimo experto, nada menos
que presidente de la Asociación Española de la Banca, Miguel Martín, se
despachaba afirmando que ¡los sueldos deberían seguir bajando durante diez
años! (¿los suyos o los nuestros?). Como
se ve, propuestas razonables para solucionar los problemas no faltan. Pues bien,
empecemos cumpliendo lo segundo, rebajar los sueldos (ya estamos en ello) y así
evitaremos lo primero, dejaremos de vivir demasiados años. Si esa ha de ser una “solución”, bienvenida
sea.
Ahora bien, como con todas estas medidas no sólo
disminuye el bienestar sino que aumenta el sufrimiento, la carestía, el
malestar en general… Es decir, como con todas estas medidas, realmente, nos
están jodiendo (¡Qué se jodan!) ¿Por qué no acelerar el proceso y, así lograr
una solución más rápida, generalizada y efectiva? En definitiva, ¿Por qué, en
lugar de jodernos, no se gasea directamente al 80% de la población, aquella
que, de ninguna manera, puede acceder a los bienes de lujo? ¡Muerto el perro, muerta la rabia!
[La fotografía de la entrada es de Hannah Jarzabek y
procede de terradeningu.com/, de la serie Hard Times]