dilluns, 8 de maig del 2017

La alegoría mexicana


Necrológica dedicada a Jacques Soustelle con motivo de su desaparición, publicada en El País el 8 de agosto de 1990. A hacer notar que  la información sobre su muerte abordaba aspecto que el artículo que firmé renunciaba a recoger, como era el papel de Soustelle como gobernador de Argelia, su feroz oposición al proceso descolonizador, su vinculación a la OAS y su exilio, consecuencia de la persecución de que fue objeto por sus actividades terroristas de extrema derecha. La fotografía de la entrada lo muestra en un acto público el 18 de mayo de 1958, es decir en el marco del golpe de estado del ejército francés en Argelía contra la IV República. Lo acompañan los generales Salan, Dulac, Jouhaud, Massu y Allard, algunos de los cuales fundarán más tarde la OAS.

LA ALEGORÍA MEXICANA
Manuel Delgado

Lévi-Strauss le reprochaba a Georges Gurvitch no entender nada de nada del valor que había que asignar a la representación que del espacio se hacía en cada cultura,' le remitía a una de las pruebas de cómo esa preocupación había estado siempre presente en la propia tradición etnológica francesa: La pensé cosmologique des anciens Mexicains, una auténtica obra maestra escrita por Jacques Soustelle en 1940. Soustelle pertenece -con Bloch, Granet, Dumezil, Griaule, etcétera- a aquella extraordinaria generación intermedia entre los padres fundadores de la antropología francesa, esto es Durkheim, Mauss y la escuela de L'Année Sociologique y el advenimiento de la etnología estructural.

Su aportación es estratégica en varios planos. Como arqueólogo e historiador se erige en uno de los grandes estudiosos y divulgadores de la cultura azteca, entre cuyas obras el lector español conoce La vida cotidiana de los aztecas en vísperas de la conquista (FCE, 1956), El arte del México antiguo (Juventud, 1969) y la divulgativa Los aztecas (OiKos-tau, 1986). En tanto que etnógrafo destacan sus trabajos sobre el grupo otorni y opame y sobre los lacandones así como una magnífica monografía: Tequila, un village naualt du Mexique.

Soustelle cultivó un género de literatura etnográfica que la antropología más: actual ha reivindicado como es ese relato de viaje en que las categorías subjetivas y objetivas aparecen inter seccionadas. Es el caso de Mexique (1937). Tampoco faltó a la cita con la etnomelancolía ese estilo apesadumbrado que puso de moda el Tristes trópicos de Lévi-Strauss. El resultado fue su obra más celebrada: Los cuatro soles (Guadarrama, 1980).

Cabe formularse una pregunta con respecto a la obra científica de Soustelle, una pregunta que remita a esa lógica oculta que guía el desarrollo vocacional de todo ser humano: ¿por qué México? La debilidad mexicana del que fuera director del Musée de l'Homme debe ser puesta en relación con el valor de México como modelo. Por lo que hacía al pasado, era un país en que la miscelánea resultante de la presencia europea no presentaba crispaciones, donde indio no equivalía a un insulto y cuyo proceso de mestizaje discutía la condición intrínsecamente perversa que muchos atribuían al hecho colonial.

En cuanto al presente, en la época en que Soustelle debe tomar una opción de vida, México es como la Unión Soviética un oráculo al que inquirir el significado mismo de la historia Del mismo modo México es la prueba de que tal significado no existe y de que todo cambio constituye una farsa estéril. Por otra parte, el ocaso del imperio azteca se erigía en la trágica e inmejorable ilustración de lo efímero de las grandes civilizaciones.

La historia de México no es otra cosa que la Historia, "hecha de impulsos en seguida quebrantados, de algunos progresos, de pesados estancamientos y profundas regresiones; caos tempestuoso, desprovisto de sentido visible"-, Soustelle muere justamente ahora, cuando su alegoría mexicana se está revelando más lúcida y anticipadora que nunca.


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