Mensaje recibido la mañana del 15 de noviembre de Mauro C., estudiante de doctorado, sobre la
actuación de los mossos d’esquadra la noche del 14N, jornada de huelga general
en Barcelona, luego de haber acompañado a una compañera herida al hospital. Los
nombres que aparecían en el mensaje original han sido sustuidos.
Compañeros y Compañeras:
Helena está bien. Tiene un carácter super fuerte y desde
cuando salimos del Hospital hasta cuando nos saludamos a la 1.30 h de la noche
estaba bien de animo.
Os explico lo que pasó:
Ayer estuvimos bajando de Jardinets de Gràcia hasta Plaça
Urquinaona con la mani anti-capitalista.
Erábamos un grupo de 7-8 personas entre los cuales nosotros dos, Montse,
Eladio, Pere, Antoni y otra chica, creo que argentina, cuyo nombre no me sale
ahora.
Cuando llegamos a la plaza hubo dispersión de la gente. De
hecho nos encontramos ahí en el medio sin poder ir hacia ningún lado porque las lecheras
cortaban todo tipo de entrada o salida de la Plaza Urquinaona. Nuestra idea era
ir a Pl. Catalunya, pero fue imposible. La Ronda San Pere estaba bloqueada por
la Guardia Urbana. Decidimos intentar por calle Fontanella cuando de repente
empieza a configurarse un panorama dantesco.
De la misma calle Fontanella subían corriendo miles de
personas. Algo estaba pasando en Via Laietana. Llegaron una veintena de
furgonetas de la BRIMO sembrando el pánico entre la gente en la plaza. Nuestro
grupito inicial ya se había separado. Yo, con Helena, Montse y la otra chica
intentamos evitar la carga policial bajando por Trafalgar. Y es justamente ahí
donde quedamos atrapados. Estábamos con una veintena de personas, con tres
furgonetas a nuestras espaldas, corriendo hacia abajo. Antes de poder llegar al
cruce con Ortigosa nos dimos cuenta que tres furgonetas intentaban romper una
barricada de containers para subir por Trafalgar.
O sea que, muy claramente, en la operación de dispersión se
reservaron un momento de descarga de adrenalina. La intención era justamente
atrapar un grupo de personas entre las seis furgonetas y la pared y
masacrarlas. Cuando nos dimos cuenta que teníamos tres lecheras enfrente y tres
a nuestra espalda, yo, Montse y la otra chica paramos con las personas que
estaban en ese momento con nosotros con las espaldas a las persianas de las
tiendas de calle Trafalgar, lado Besòs. Siete-ocho personas en una persiana, a
nuestra izquierda, nosotros en una persiana central y siete-ocho en la de la
derecha. Helena, con algún otro, siguió corriendo hacia abajo. A los pocos
metros se encontró con esas bestias uno de las cuales –y nunca sabremos quién– le soltó un porrazo que le partió la muñeca
derecha. De ahí Helena siguió corriendo hacia el Arc de Triomf y la
perdimos.
Nosotros tres vimos como estaban masacrando a la gente a
nuestra izquierda y a nuestra derecha. Nos salvamos por milagro. Un minuto
intenso de hostias y fuera. Subieron a la furgoneta y a por otras personas en
otro lado. Nosotros tres decidimos meternos en el Born, ya que via
Laietana y Arc de Triomf estaban controlados por los maderos. Pasamos delante
al Palau de la Musica y parecía el 'girone' de los iracundos. Fuego, piedras,
petardos, vidrios rotos... Recorrimos Sant Pere Més Alt, nos metimos dentro de
las callejuelas, hasta que tuvimos que entrar en un local porqué encontramos
todas las calles cortadas y los policías persiguiendo gente dentro del barrio.
Ahí contactamos con Helena. Me explicó lo que le había pasado y lo que le dolía
el brazo y le dije de ir al Hospital Clínico. Salimos del bar. Intentamos ir hacia
via Laietana.
Circulaban voces que decían que los secretas habían
incendiado dos coches de la guardia civil delante de la comisaria. Eso parece
ser lo que desencadenó la violencia brutal. Llegamos al cruce entre Sant Pere
Més Alt y Laietana y no tuvimos el coraje de pasar: habían como 15 secretas
encapuchados, uno al lado de otro. Hubiera podido pasar de todo.
Decidimos ir hacia Arc del Triomf. Volví a llamar a Helena.
Justo estaba en un taxi a la calle Comerç para ir al hospital. Me esperó ahí. Me fui
corriendo, subí al taxi con ella y la acompañé. Cuando vi el brazo estaba
cierto que estaba roto.
Lo mismo le dijo el médico. La radiografía lo confirmó. La
semana que viene la llaman para operarse. En urgencias encontró un chico también
con un brazo roto en la calle Trafalgar. Probablemente en aquel momento no eran
las únicas víctimas.
Salimos del hospital a las 23.05 y nos fuimos a comer algo.
Dos horas después Helena me dice: "Me había olvidado que un mosso me ha
roto un brazo. ¡Hijo de puta!" Concordamos en que, ya que no se podrá
saber quien fue, los hijos de puta iban ser todos !Cabrones bastardos!
Esto ayer ha pasado en este país, como en Italia, en
Portugal..., países fascistas...; países
del capitalismo de la hostia..... ¡la de la misa y la de la porra!
Hasta la victoria, siempre!
Mauro
P.D. ¡Helena sabe que no estará sola!
[La fotografía es de EFE, corresponde a la noche de los
hechos y lugares a los que se refiere el mensaje y está tomada de deia.com]